La puesta en servicio del túnel de La Línea, y otras siete obras complementarias, es sin duda el hito más importante de la infraestructura colombiana en los últimos años. Iván Duque, desanudó la cinta que permitió la circulación de vehículos por el paso subterráneo de 8,6 kilómetros en el límite entre Tolima y Quindío.

Las proyecciones del Instituto Nacional de Vías (Invías) calculan que ahora que se activó una parte del proyecto Cruce de la Cordillera Central, cuya obra cumbre, pero no la única, es el túnel de La Línea, la velocidad de circulación pasará de 18 km/h a 60 km/h, lo que significa un ahorro en el tiempo de viaje de aproximadamente cincuenta minutos. En resumen, se acaba el paso por el Alto de La Línea (21 kilómetros en carril sencillo), al menos para quienes van de Armenia hacia Bogotá.